Personas con movilidad reducida se quejan de las dificultades para recorrer la villa, y el Ayuntamiento destaca el esfuerzo económico realizado este año
Los bilbaínos que conducen una silla de ruedas llevan años reclamando la adecuación de la villa a sus limitaciones, la apertura de vías alternativas que les permitan superar obstáculos para ellos insalvables. Los bordillos de las aceras en los pasos de cebra son el talón de Aquiles de las personas con movilidad reducida. El Consistorio defiende su gestión y repasa las inversiones que se realizan este año para hacer de Bilbao un lugar más accesible. Responsables del Área de Obras y Servicios calculan que cuando acabe 2009 se habrán gastado 4,8 millones de euros sólo en rebajar las aceras, «casi el doble que en 2008». Una operación enmarcada en la política de accesibilidad de las nuevas obras. «Es difícil cuantificar el dinero empleado en eliminar barreras arquitectónicas, porque en cada actuación pretendemos facilitar el tránsito de gente con dificultades, pero la inversión se puede situar perfectamente en torno a 10 millones de euros».
Fekoor es la Coordinadora de Personas con Discapacidad Física de Vizcaya. Sus directivos han suscrito acuerdos con el Ayuntamiento. No obstante, la fluida relación institucional no impide que haya voces discrepantes en el seno de la coordinadora. «No se hace lo suficiente por nosotros. En Bilbao es la persona con discapacidad la que se adecúa al medio, y no el medio a la persona», protesta Javi Cueva, trabajador de la asociación. El descontento se apoya en barreras concretas. «Los rebajes son peligrosos y podemos accidentarnos. Hay algunas aceras a las que se les ha quitado altura y, aún así, nos cuesta subirlas. Se han hecho mal algunas reformas», denuncia Iñaki.
En este debate sobre los rebajes, los técnicos municipales defienden su papel con datos. «Cada rebaje cuesta 12.000 euros y lo normal es que llevemos a cabo unos 250, pero este año hemos incrementado la cantidad a 400, al haber estimado necesario un esfuerzo económico especial». La altura excesiva de algunos bordillos reformados, en sus palabras, tiene explicación. «Es un asunto contrastado con Fekoor. Las aceras que están en curva y en cuesta presentan una elevación de un centímetro para evitar que el agua se estanque en esa zona y se formen charcos. De todas formas, la idea es que ese mismo paso de peatones presente una zona compensada con la carretera», dicen.
Fuente original y más información en: